Por un mate sin trabajo infantil – entrevista a Patricia Ocampo

La yerba mate hace sentir orgullosos a los argentinos. Sin embargo, muy pocos parecen estar preocupados por como se produce. Hace poco tiempo tuve la oportunidad de ver por primera vez el documental “Me gusta el mate sin trabajo infantil” y no pude dejar de hacerme mil preguntas sobre la condición en la que viven las personas que trabajan en la industria yerbatera. A pesar de que encontré información en Internet, necesitaba saber más sobre el asunto. Pensé que podría ser una buena idea contactarme con Patricia Ocampo, coordinadora de Un sueño para Misiones, ONG surgida hace seis años y promotora del proyecto.

Patricia Ocampo nació en Oberá, “una linda y ordenada ciudad, que por desgracia tiene una profunda desigualdad. Se encuentra rodeada de barrios con personas muy pobres en donde más de la mitad de las personas no acceden al agua potable y muchos tampoco a la energía eléctrica”. Es la ciudad que más hectáreas destina al cultivo de la yerba mate. Patricia, junto a otros vecinos, comenzó a preocuparse por la falta de agua potable en su barrio y en poco tiempo entró en contacto con una realidad tremenda, “la pobreza, llamada convenientemente estructural, que se transformaba en mano de obra barata para la producción local”. “Recuerdo” – dice Patricia- “que diseñamos Un sueño para Misiones con el siguiente eslogan: Para que un sueño se cumpla debemos ponerle fecha y trabajar para lograrlo. Al principio nos ocupábamos de la creación de bibliotecas en pueblos y barrios donde los libros no llegan. Luego de un trágico accidente de tres menores, decidimos cambiar el rumbo y comenzamos la campaña Me gusta el mate sin trabajo infantil”. Al día de hoy, la petición en change.org para apoyarla ha llegado a los 60.000 firmantes y el documental “Me gusta el mate sin trabajo infantil”, lanzado en diciembre del año pasado, ha llegado a unas 60 millones de personas en todo el mundo. La idea del documental surge de Martín Parlato, fundador de Posibl., una compañía multimedia que realiza contenidos audiovisuales de impacto social. Dado que la ONG no cuenta con recursos del estado o de privados, la circulación del documental en la red ha sido fundamental para despertar el interés de la opinión pública.

La situación que nos presenta el documental y que Patricia me comenta más en el detalle es ciertamente desconcertante. Los cosecheros de mate, conocidos en la jerga como tareferos, viven en barrios humildes ubicados en el primer cinturón urbano que rodea a los pueblos y ciudades de la provincia de Misiones. En la mayoría de los casos no tienen el título de su terreno y en gran medida ellos o sus familias son o fueron víctimas de desnutrición. Durante los meses de la cosecha, que dura de marzo a octubre, viven por periodos de 15 días a un mes en los yerbales hacinados en carpas con techo de plástico donde no llega ningún servicio higiénico, agua potable, cloacas o energía eléctrica. Su trabajo consiste en preparar bultos con hojas de yerba mate, que pueden llegar a pesar hasta cien kilos, y llevarlos hasta los camiones. Muchas veces quienes los contratan llegan a venderle los alimentos a un valor hasta el 50% mas caro que los comercios. Si bien la “Asignación Universal por Hijo” permitió a una parte de los niños de estas familias de asistir a la escuela, estudios realizados por la Universidad de Misiones nos dicen que la mitad de los cosecheros comienzan a trabajar entre los 5 y 13 años y que solo el 60% de ellos terminó la escuela primaria. Debido a la falta de un censo sobre los cosecheros de yerba mate, imprescindible para Patricia, no se puede establecer el número efectivo de niños que trabajan en los yerbales. Sin embargo, se estima que para realizar la cosecha son necesarios cerca de 25 mil trabajadores, y si tenemos en cuenta que la mitad de ellos comienzan a trabajar entre los 5 y 13 años es muy fácil darse cuenta de la cantidad de niños que están trabajando en estos lugares.

lucas y el amigo
Carpa en un yerbal | foto enviada por Patricia Ocampo

No es difícil imaginar la cantidad de riesgos a las que se exponen tanto adultos como niños: mordeduras de serpientes venenosas, insectos ponzoñosos, inhalación de los agrotóxicos que se usan para el cultivo de la yerba. “Muchos menores sufren accidentes, ya sea cuando son transportados al yerbal o cuando manejan los machetes que utilizan para quebrar las ramas. Por darte solo un ejemplo, un bebé fue llevado por sus padres adolescentes al yerbal porque no tenían en donde dejarlo y ellos debían si o si trabajar, como hacía calor lo colocaron bajo una planta de yerba y al dar marcha atrás un camión le aplastó la cabeza al niño. Estos tipos de accidentes son comunes en los yerbales”. A pesar de todos estos riesgos esta gente sigue trabajando en los yerbales y encima sin algún tipo de cobertura social. ¿Por qué? Porque estamos frente a personas que no tienen la posibilidad de elegir su futuro, que se dedican a esto porque “no tienen otro trabajo”. No existen cosecheros de clase media. Por si fuera poco, el hecho de que no aumente la “Asignación Universal por Hijo”, el aumento de la inflación y la baja del consumo en yerba mate vuelven su situación aun más precaria. Como dice Patricia: “el cosechero no es un trabajador golondrina, depende de ese producto y no puede movilizarse a otros lugares para hacer la cosecha en otros cultivos”.

Un sueño para Misiones no se limita a informar, quiere también proponer un cambio más concreto y para lograrlo necesita el apoyo de las instituciones políticas. Es claro que idealmente todos los políticos están de acuerdo que las condiciones de vida y trabajo de los cosecheros de yerba mate son injustas. “Sin embargo, como el trabajo esclavo, la explotación infantil y sus consecuencias no son visibles para la gran mayoría. Por eso no es interesante cambiar la situación, a menos claro, que se haga visible”. Patricia me comenta que la campaña tuvo dos momentos. Al principio, la ONG pidió al estado nacional que la Comisión Nacional para la Erradicación del trabajo Infantil en Argentina (CONAETI) establezca en la provincia de Misiones mesas multisectoriales. Después de un año y medio de trabajo y de haber reunido más de 51 mil firmas, fueron citados para trabajar por el Ministro de trabajo de Misiones en la constitución de esas mesas. Lamentablemente, por decisión del ministro, solo tuvieron lugar dos reuniones. En la tercera el ministro firmaría los acuerdos, pero sin ninguna explicación nunca volvió a realizar la convocatoria. “No tenemos la menor duda de que fue una maniobra de desgaste, que, por supuesto, no dio resultado ya que por una cuestión de criterio teníamos nuestras dudas. En general la política necesita acumular poder, recursos y votos y trabajar para sacar a estas familias de la pobreza no acarrea ninguna de esas tres cosas. Lo demuestra el hecho de que esta situación perdura desde hace más de 100 años. Por lo tanto, apenas el gobierno dejó de contestar nuestras llamadas, en diciembre del año 2015 pedimos a la diputada Julia Perie, si podía hacer la presentación de nuestro proyecto de ley ante la Cámara de Diputados y así lo hizo.” Fue así que Un sueño para Misiones, a pesar de todas las adversidades encontradas en el camino, siguió adelante y, por intermedio de la Diputada Patricia Gimenez (representante por Cambiemos), organizó la presentación del documental en el Congreso de la Nación Argentina. “Nosotros somos personas comunes y caminamos a ciegas dentro del congreso, aunque sabemos que dependemos de la difusión en los medios de comunicación y las redes sociales para que los legisladores decidan tratar la ley, también sabemos que necesitamos mas firmas en la petición para que sientan la presión de los votantes”.

Grafica-final

Justamente, lo que quiere lograr la ONG es la aprobación del proyecto de ley desarrollado para acabar con el trabajo infantil. El proyecto de ley se sustenta en cuatro columnas. La primera, tiene como objetivo empoderar al consumidor colocando en góndola productos certificados libres de Trabajo infantil, dando la opción al consumidor de elegir un producto que cueste unos centavos más, pero que asegure el comercio justo. La segunda, generar la trazabilidad de la yerba mate para que sean las Universidades Públicas las que puedan realizar tareas de certificación de procesos libres de trabajo infantil, trabajo en negro o trabajo esclavo. La tercera columna establece que esa pequeña diferencia de costo que exista entre el producto certificado y el que no lo está, se destine a duplicar el salario de los cosecheros. La cuarta, es que los productores que decidan certificar su campo, tendrán una ganancia adicional que será de un porcentaje sobre lo abonado al cosechero. Se pide que el funcionamiento de este programa quede en la órbita del Ministerio de Trabajo. “En agosto fuimos a Buenos Aires a pedir que el proyecto de ley tome estado parlamentario. En cuatro días fuimos recibidos por once Diputados y dos Senadores de la Nación pertenecientes a diferentes partidos políticos. Todos se comprometieron a impulsar que se trate el proyecto de ley. Sin embargo, hasta ahora no hemos visto acciones concretas. Creemos que la única esperanza de que esta explotación termine esta en manos de los argentinos. Es necesario que entiendan que el mate, que es un símbolo que representa a su nación ante el mundo, esconde pobreza, trabajo esclavo y trabajo infantil. Es por eso que tenemos absolutamente claro que no podemos dejar solo en manos de los políticos y los gobiernos las cosas que para los ciudadanos son realmente importantes y que depende de cada uno de nosotros terminar con esta terrible injusticia”.

Sabrina Mansutti

Un pensiero su “Por un mate sin trabajo infantil – entrevista a Patricia Ocampo

Rispondi

Inserisci i tuoi dati qui sotto o clicca su un'icona per effettuare l'accesso:

Logo di WordPress.com

Stai commentando usando il tuo account WordPress.com. Chiudi sessione /  Modifica )

Foto Twitter

Stai commentando usando il tuo account Twitter. Chiudi sessione /  Modifica )

Foto di Facebook

Stai commentando usando il tuo account Facebook. Chiudi sessione /  Modifica )

Connessione a %s...